Éfeso, que es una de las zonas arqueológicas más grandes e interesantes del mundo por la abundancia de obras antiguas exhibidas en su lugar original, es el núcleo del turismo en la región del Egeo. La ciudad de Éfeso, donde se puede ver la aplicación del plano de urbanización del célebre arquitecto milesio Hipódamos (el plano en forma de reja, donde las arterias se cortan en ángulos rectos), fue excavada por arqueólogos ingleses durante la época de la decadencia del Imperio Otomano y por esta razón la mayor parte de las esculturas más valiosas se exhiben actualmente en las salas del British Museum.
Aunque la región fue habitada primero por carios y lelegianos a mediados del segundo milenio a. C., la primera ciudad fue construida por los jonios en el siglo XI a. C. Fue invadida por los persas en el siglo VI a. C.; conquistada por Alejandro Magno y gobernada, tras su muerte , por Lisímaco, uno de sus generales. Más tarde pasó a formar parte del reino de Pérgamo hasta que se sometió a la soberanía romana.
Será bajo dominio romano cuando Éfeso viva su época de esplendor, llegando a ser una de las ciudades más grandes de la Antigüedad. Numerosos emperadores embellecieron la ciudad con impresionantes obras de arte, entre las cuales destacaba el Templo de Artemisa como una de las siete maravillas del mundo.
Con el nacimiento de la fe cristiana, Éfeso empezó a ocupar un lugar aún más significativo. San Pablo estuvo numerosas veces en esta ciudad para predicar y derribar el poderosísimo culto a la diosa Artemisa; por consecuencia, una de las siete iglesias del Apocalípsis fue establecida aquí. También San Juan Evangelista se estableció en Éfeso para escribir su Evangelio; como Jesucristo le había confiado el cuidado de su madre, se cree que la Virgen María también vivio el resto de su vida en Éfeso.
La ciudad de Éfeso, saqueada por los godos a mediados del siglo III d. C., entró en un período de decadencia. Ni siquiera el Concilio Ecuménico que tuvo lugar en Éfeso en la primera mitad del siglo V logró devolverle el esplendor de otros tiempos. Éfeso perdió toda su prosperidad y su importancia comercial debido a la inutilización de su puerto que se llenó de los aluviones del río Caistro.
Éfeso es un inmenso museo al aire libre en el que podemos contemplar la Puerta de Magnesia, el Ágora, el Odeón, las Termas de Vario, baños, templos y casas romanas y uno de los monumentos más impresionantes del conjunto, La Biblioteca de Celso, suntuoso edificio construido a principios del siglo II
d. C.
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